jueves, 7 de enero de 2010

TARDE DE DOMINGO, TARDE DE SUEÑOS


Es domingo. No hay mucho qué hacer. La tarde se dispone a volcarse en su plenitud. Alicia se sienta enfrente del espejo. Un reflejo. Una caja de Pandora. En el suelo, descalza, empieza a doblar en papeles aviones que recorran toda su habitación. Doblar con sus manos destellos que lo que un día fue y no ocurrió, destellos de lo que vendrá, de lo que es concreto en cada ala rompiendo con la luz. Ni un extremo ni otro. Enjutas arrancan las notas de su sensación. La niña que fue, la mujer que es. Las dos a la vez. La habitación pinta malva de sus sombras al atardecer. Los aviones las contornean con su voz de expansión. No hay paredes. Su país todo lleno. Alicia esculpiendo figuras, descalza en una tarde de domingo. Notas estiradas y un silencio ubícuo abrumador que hace cosquillas. Y una sonrisa al final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario