TIERRA REMOVIDA
Tierra removida. No somos más que eso. En un movimiento caótico: un mechón de pelo, un agujero estropeado, una pizca de harina en el semáforo mientras espero un poco ida, una garganta escocida, un vientre que empuja contra el aire y lo convierte en su bobina, llega el viento y se enreda. Bolos está lloviendo de lo que no se dice, de lo que mordemos y nos perdemos. Entre tanto lugar, no hay espacio para encontrar la voz propia. El bolo se hace cada vez más grande. Enorme la indecisión bañada de una exquisita ironía. La circulación hace perder nuestra vista. Atentos pero idos por ellos, los Bolos. Y por donde miro; la mano con cecina, la esterilla sin hache, la molestia encendida, la rubia que atrapa, la contradicción hecha presa, el hocico que estrecho arranca la pupila, en tu ojo, en el mio, el olor que al acecho deviene más que música, un sólo ritmo: el sonido de un laberinto, la sombra tras los pies, el árbol adormecido, el insecto que aterriza, el gusano que estrangula, el animal qu...