EL ESTRUENDO DE LA FALSEDAD

Hace un mes y seis días los acontecimientos devinieron en Plaza Cataluña. Anónimas, anónimos, acampados, de paso, debaten, discuten y proponen cambios para una nueva sociedad. Hartos de la falsedad corrupta de los políticos y banqueros, por fin la gente de a pie grita INDIGNADA al unísono y entre ellos mi voz, mi voz y mis pies y mis ojos desprovistos de muros. Es en este marco imparable que devengo atropellada por mis propios problemas económicos y laborales que con 35 años dibujan un camino de frustración. ¡Sin embargo no de desesperanza!


La lucha por dejarse vencer en la desilusión en la mentira es ardua. Se provee de capas celulares a los que la piel huesar en torbellinos. Más miles de pies en la calle dejando huellas desmontan máscaras con su verdad. La fuerza de miles de papeles escritos con sangre al aclamo de BASTA y EL PUEBLO UNIDO JAMÁS SERÁ VENCIDO tiñe el aire con vestigios de una acusada revolución popular. El corazón no puede más que estallar en múltiples pétalos de rosas que derramados con júbilo unen las manos de los que se sentían en soledad.


Por fin la voz se quiebra en un chorro a borbotones que dejan la voluntad avanzar.
Por fin la palabra es fuerte para en las plazas paredes derribar. La gente anónima, el pueblo el que derrite sino desiste y a partir de ahora sigue hasta el final. Una sartén y un palo y mil lemas para alzar, una mirada encontrada en el sentirnos reflejados por un mismo pesar. Un duelo encogido y una lágrima recogida, un esfuerzo apoyado, una voz incisiva, un susurro acompañado hacen de los que somos INDIGNADOS el sueño de acabar con el ESTRUENDO DE LA FALSEDAD. Banqueros ineptos. Políticos balseros de nuestro bienestar. Sistema económico obsoleto que nos ahoga y nos dota de razones contra la sinrazón lanzar.

¡Oh tú capitalismo! Que osas con tu hacha de dolores arremeter contra el ojo más humano para en él mancillar. No tienes otro camino que el de la soberbia de no existir sin poder manipular. ¡Dáte por descubierto y ríndete, pues tocado estás! ¡Al pueblo que pervertiste no podrás acallar! Nuestras manos con nuestra sangre, a tu papel haremos chillar, que el papel mojado no vuela y es papel que mojado se rompe con mucha facilidad!


¡Nuestras armas las bocas! Y miro los medios de comunicación y sólo oigo silencios, las vocales que mudas se visten de irrealidad. ¡Nuestras armas las bocas! ¡Su ruido silencio, se cae y se pierde, ya no nos convence su estruendo de falsedad!

UNA INDIGNADA IRREVERSIBLE.

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