LA MANO QUE LLAMA
Gracias a todes por estos 9 años de lucha, de compañerismo, de solidaridad, de aprendizaje que me llevo en el corazón y en mi memoria. Gracias por el compromiso y la constancia, gracias por el cruce de caminos. Y como digo en el poema, "podrán quitarnos mil espacios pero nunca, nunca, la mano que llama".
La mano que llama,
está llena de estrías,
está llena de marcas,
estrías para encontrar sus guías
texturas para encontrar sus fines,
otros ojos donde tejer ramas.
La tierra hiriente al paso,
desborda el límite que insistente
encuentra la flor que aroma desparrama.
Arrugas, venas, lunares y fisuras
relieves de quien ayuda
la ayuda que nadie ampara.
Lodos que nadie siente,
bravuras de quien lo imposible ama.
Llanuras de ti, de mí
huecos que arden sin lava.
Tu mano resurge la mía,
la fuerza que nadie para,
desnudas tus flores acompañan,
las mías que decaen sin agua.
La mano que llama,
está llena de estrías,
está llena de marcas.
Honduras para encontrar sus raíces,
finuras para encontrar cada idea en su alma,
cada una envuelta de saberes,
envuelta de senderos,
que sólo las flores conocen,
que sólo las flores delatan.
Nadie dijo que la lucha fuera sencilla,
nadie dijo que la lucha no te enseña nada.
Hoy tu mano está junto a mi mano.
Nadie dijo que una mano
hundiera poderse con otra,
cuándo sólo una mano con otra,
maderas rompen y gritos claman.
Nadie dijo que una mano,
hundiera poderse con otra,
sólo si con otra mano se alzan.
La mano que abre un camino,
por donde la otra se cae y resbala,
la mano que enciende una chispa,
allí donde el hielo revienta la espalda.
Gracias por ser mano con mi mano,
por ser aroma que a mis flores desata.
La mano que se hace una bola,
resiste con otra mano y estalla,
podrán quitarnos mil espacios,
pero nunca, nunca,
la mano que llama.
Mudar la piel,
encoger el alma,
enredar la vida,
y encender las flores.
Porque nunca, nunca
podrán quitarnos
la mano que llama.
A LA HIDRA
(28-09-2023)
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